Biografía

Juan Esteban Corrales Betancur (Corbet) es un artista autodidacta cuya obra emerge del diálogo entre el alma y la materia, entre el sueño y la realidad.

Nació en Colombia, donde desde temprana edad descubrió en el dibujo y la pintura un refugio interior, un espacio de contemplación que con los años se transformaría en un lenguaje filosófico y espiritual.

Su camino artístico no comenzó en los talleres tradicionales, sino en la introspección. Corbet entendió que el arte no se aprende, sino que se recuerda, porque es la voz ancestral que habita en cada ser. En su juventud, exploró diversas técnicas hasta hallar en el óleo su medio predilecto —una sustancia viva, capaz de respirar emociones, tiempo y silencio—.

A través de los años, su práctica se ha expandido hacia territorios experimentales donde la materia se convierte en símbolo: cartulinas, lienzos, esculturas, luz, video y fotografía conforman universos que trascienden la técnica para convertirse en estados del ser. Cada serie de Corbet nace de una revelación íntima, ya sea un sueño, una visión o una experiencia de consciencia profunda. En su obra, los sueños se vuelven pintura, el caos se organiza en armonía, y la urbe se revela como un espejo de la transformación espiritual.

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El artista no busca representar el mundo, sino revelar su pulso invisible. Por ello, sus series exploran distintas dimensiones de la existencia: el inconsciente (En mis sueños), la memoria y el tiempo (Vida TrasBambalinas), la materia que cobra vida (Realismo Mágico / Escultura en Pintura), la energía creadora (Orden del Caos / Surrealismo en Abstracción), la luz como vibración del ser (Luces en el Río), la crítica social (Videos Experimentales), y la poética del tiempo en la ciudad (Abstracción de Cataplasmas).

Cada obra es un acto de contemplación, un intento de capturar el instante en que la conciencia se manifiesta a través de la forma.

Corbet afirma que “el arte es un lenguaje del alma que se expresa más allá de la razón”, y que la función del artista es recordar a la humanidad su capacidad de sentir y despertar. Su proceso creativo incluye rituales de observación, silencio y conexión interior. Antes de pintar, el artista contempla —no con los ojos, sino con el espíritu—, esperando el momento en que la obra lo llame. Así, el gesto pictórico se convierte en una meditación activa, en una danza entre la intuición y la materia.

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Hoy, su trabajo se reconoce por su profundidad simbólica y su estética refinada, donde lo espiritual y lo urbano dialogan con naturalidad. Corbet Art es más que un proyecto visual: es una experiencia de consciencia. Cada pieza invita al espectador a mirar más allá de la superficie, a entrar en un espacio donde el arte no se contempla, sino que se vive.

“El arte no es un objeto. Es un estado del ser.
Cada obra es una huella del alma en su tránsito por la eternidad.”
— Corbet